El dependiente de un supermercado revela el gesto que odia de los clientes: "Sonrío, pero en realidad quiero gritar"
El vídeo que ha publicado en TikTok acumula ya cientos de miles de visualizaciones y ha abierto un debate sobre el trato que reciben los que trabajan de cara al público.

Quien haya trabajado cara al público sabe lo que es fingir una sonrisa mientras por dentro te hierve la sangre. Eso mismo le ha pasado a un dependiente de la cadena de supermercados 7 Eleven, cuyo vídeo en TikTok ha arrasado con casi un millón de visualizaciones, según publica el portal tailandés Kapook.
En la imagen, el joven muestra el suelo recién fregado justo antes de que un cliente entre a coger algo. “Le sonrío y le digo ‘puede pasar sin problema’, pero en realidad quiero gritar. Por dentro tengo mil millones de cosas que decir”, escribe sobre el vídeo. No hay dramatismo, solo una verdad compartida por miles de personas en trabajos similares.
Los comentarios han llegado en avalancha. Algunos usuarios aseguran que, tras ver el esfuerzo del empleado, prefieren dar un rodeo para no pisar. Otros, en cambio, insisten en que tienen derecho a pasar, diga lo que diga el personal. El trabajador, sin perder la compostura, lo resume: “Es parte del trabajo. Al final, siempre se les perdona”.
Este tipo de limpiezas no se pueden hacer fuera del horario de atención al público porque en los 7 Eleven no hay horario de cierre. El personal limpia durante los cambios de turno, mientras la tienda sigue abierta.
El gesto de aguantarse las ganas de gritar mientras se friega el suelo ha servido para poner en primer plano una realidad invisible: la carga emocional que soportan quienes trabajan cara al público.
El protagonista del vídeo, lejos de quejarse, ironiza con su situación. En otro post bromea con su “secreto profesional” y la habilidad de sonreír pase lo que pase. Pero debajo del humor, lo que se percibe es agotamiento.
En redes, la escena ha sido recibida con empatía y también con cierta indignación. “¿Por qué no lo hacen al cerrar?”, pregunta un usuario. La respuesta es simple: no cierran. Hay turnos rotativos, pero las tareas no esperan. Y la limpieza forma parte del trabajo, se pise o no. No hay reflexión final. Solo una imagen, una frase y una situación que cualquiera que haya trabajado de cara al público entiende al instante.