El Chojín: "Lo que estamos viviendo en Palestina es la mayor vergüenza de mi generación"
El rapero madrileño está presentando el mayor trabajo en su más de un cuarto de siglo de carrera, un 'Balance' conformado por 25 temas en los que se alía con 30 artistas de 12 países. También hablamos con el de Torrejón sobre la masacre en Gaza, racismo, machismo o rearme. Exacto, todo lo que lleva denunciando en sus letras toda su vida.
Entramos al estudio para grabar con El Chojín, sin obviar, la existencia de un débil rayo de esperanza de escuchar al cruzar el umbral aquello de "soy yo, soy yo". No, a pesar de la afirmación inicial, no es lo que parece y sin necesidad de guiños ni viejos a.k.a., constatamos que el propietario de ese cálido recibimiento es él.
Domingo Antonio Edjang Moreno (Torrejón de Ardoz, Madrid, 1977) recibe a El HuffPost en los cuarteles generales de BELIEVE, con el trabajo en la pecera que ya hace tiempo que terminó, pero guardado y listo para el mayor obsequio que el rapero madrileño ha diseñado para los suyos. Un tema temazo cada mes hasta su gran puesta de largo el próximo invierno.
Y con colaboraciones a escala internacional. De momento, ya van dos: con el sabor mexicano y colombiano de Quiero tu orgullo, de la mano de Sabino y Kei Linch, y con un Dani Martín que se alía con un rock espanta críticas en Déjales que hablen. El artista nos habla del nuevo trabajo, de los cerca de dos años, estos últimos, en los que ha estado inmerso en Balance. Pero es El Chojín y eso significa que la conversación no se quedará en la música, mientras haya algo que denunciar. Y llueve sobre mojado: Palestina, racismo, machismo y más armamento. ¿Cómo era aquello? "Dicen que el agua purifica. Piensa: ojalá fuese verdad".
-Hagamos balance de Balance: 25 temas para conmemorar 25 años en un trabajo que conjuga a 30 artistas de 12 países distintos. Guau.
-Cierto. Una pequeña corrección, porque claro ya no son 25, son 26 años, pero seguirán siendo 25 temas. La verdad es que estoy muy contento, pero al mismo tiempo me ha dado como vergüenza, porque viéndolo con cierta perspectiva al final es una celebración de todos estos años de carrera a los que se han querido sumar un montón de artistas como muy grandes, de 12 países distintos. No sé, me siento muy afortunado, porque esa gente entiende que mi trayectoria merece su aporte en esta celebración.
-¿Ha habido muchos toques en la puerta o has tenido que decir: 'no, tú no podías faltar'?
-Ha habido un poco de las dos cosas. Hay gente que no podía faltar en este 25 aniversario, sí o sí tenía que estar. Y luego ha habido regalos que me he hecho, de decir 'nunca he trabajado con esta persona y me gusta mucho' y me he atrevido a hacer esa llamada y explicarle 'mira estamos con esto, ¿te sumas?'. Afortunadamente, todo el mundo se ha querido sumar y ha sido como fácil.
-Sí que ha quedado claro que podemos esperar sorpresas, ya solo con el lanzamiento del primer tema, pero cuando llega la colabo con Dani Martín es como que explotan cabezas… ¿puedes darnos alguna pista de lo siguiente o está bajo Ley de Secretos Oficiales?
-No voy a dar ninguna pista, porque creo que es parte del juego de Balance. Vamos a ir sacando un single al mes hasta que salga el disco, pero lo que sí está clarísimo es que hay algunas colaboraciones que te vas a esperar y otras que no. Y con esas quiero jugar para que nos riamos todos un poco.
-Queda claro que esto no es un disco más. Tras Déjales que hablen, ¿hay posibilidad de salirse los márgenes?, ¿vamos a tener sonidos nuevos? Y entroncando con todo esto, ¿qué escucha El Chojín cuando llega a casa? Durante todos estos años, ¿has ido escuchando más o menos rap?
-En mi casa sigue sonando rap, lo que pasa es que el rap que suena es como muy selecto. Cuando yo era más joven lo escuchaba todo, absolutamente todo el rap que salía. Ahora ya no, ahora como ya me lo sé, digamos, busco artistas que realmente me llaman la atención o me aportan algo diferente. Pero también estoy escuchando mucho afrobeat, mucho afrobeat -remarca-, me encanta, me da todo el rollo. Y también escucho mucho R&B. Eso lo he escuchado siempre, pero ahora quizás estoy dándole un poco más de tiempo, porque creo que a nivel musical aporta cosas y me lleva a estados de ánimo diferentes al rap.
Cuando escucho rap estoy constantemente analizando lo que estoy escuchando. ¿Por qué me gusta este tema, por qué no? La línea de bajo, dónde están los apoyos, cómo es el estribillo… estoy todo el rato trabajando. Cuando escucho otro estilo musical estoy más relajado, más tranquilo y lo disfruto más.
-¿Puedes rescatar algo de eso último para este disco?
-Es imposible para mí no trasladar lo que estás viviendo a tu trabajo. Sobre todo, cuando eres una persona como yo, apasionada. Si a mí me da por un estilo o por un artista, pues lo voy a consumir como un loco durante una buena temporada. De un modo u otro, eso se te queda ahí en la cabeza. Nadie crea de la nada, nadie crea del cero absoluto, así que cuando lo estás haciendo, inevitablemente guiños y cositas de esos artistas se quedan.

-También quiero preguntarte por la bandera que nos has regalado, ¿crees que se han desplazado posiciones que primaban el contenido y el mensaje social en favor de cuestiones más comerciales o ligeras, no encuentro el eufemismo. ¿Cómo has visto la evolución del rap estos años en España?
-¿Hemos perdido parte del contenido en las letras? Creo que la respuesta es sí, pero no en el rap sino en la masificación del rap. Me explico. Cada vez hay más oferta y al haberla, el porcentaje de gente que sí habla de cosas puede ser el mismo, pero la cantidad de gente que no habla de cosas es mayor. También lo entiendo y también lo respeto. No lo comparto, pero lo respeto. El arte, casi por definición, debe ser libre. Tiene que dar libertad al artista, poder hablar de lo que quieras, luego ya el público decidirá si le interesa o no. En mi caso, yo como artista necesito aportar algo, sentir que aporto algo a nivel de letras.
-¿Es una sensación de responsabilidad o cómo lo definirías?
-No, es por formación. Crecí en un mundo en el que el hip-hop estaba inevitablemente comprometido con la sociedad, me formé ahí, mis mayores me enseñaron que así es cómo era el hip-hop y yo sigo con ese hip-hop tradicional que no solo busca entretener. Lo he dicho más de una vez, la música cumple su función si entretiene, pero nosotros, o al menos yo, sabiendo que hay tanta música que solamente entretiene podía aportar otra cosa. No concibo mi relación con el papel si no es contando cosas que yo considero importantes. Habrá gente que esté de acuerdo y gente que no, pero no puedo mirar a otro lado y hablar solo de tus caderas y los lunares de tu cuerpo.
-Y en esa conjunción, ¿cuál crees que ha sido la proporción de entretenimiento y desahogo en El Chojín?
-Es 100% yo. Con mis aciertos, con mis errores, con mis ralladas mentales, con mis intentos de hacer cosas que luego resultaron que no eran el camino adecuado. Después de 26 años haciendo esto, enfrentándome al cuaderno todos los días, he dicho muchas cosas. Con algunas de ellas sigo estando de acuerdo y con otras no. He intentado muchas cosas porque tú mismo dices: "Bueno, no voy a estar siempre haciendo lo mismo, así que voy a hacer un tema más ligero". He ido probando y yo soy todo eso, esas pruebas, esos errores, esos aciertos, los temas más introspectivos, los temas más de carácter social, los temas que se hacen más para el directo para que la gente se divierta. Soy todo eso y me siento orgulloso.
-¿Tenemos que hablar seriamente del trap?
-Creo que el trap es un estilo musical que tenía que aparecer, porque creo que todas las generaciones se merecen tener un tipo de música que sea suyo. Cuando era joven, me sentía muy bien sabiendo que mis padres no tenían ni idea de qué estaba escuchando. De que esa música era mía, el rap era mío. Ese tipo de rap se ha mantenido durante mucho tiempo, por eso ha habido un tapón durante muchos años. Por eso siempre sonaban los mismos y siempre estaban los mismos en los festivales, porque los nuevos querían competir con nosotros en el mismo juego y era muy complicado. Teníamos ya la experiencia de los años.
Me parece lógico que surgiera algo que se parecía al rap, que le podríamos poner otro nombre, para jugar a otra cosa y entonces poder desvincularse de lo nuestro y tener su propio estilo musical. No sé cuál va a ser el recorrido del trap. Tengo la sensación de que cada día suena un poquito menos, no lo sé, no deseo ni que funcione mucho ni que funcione poco. Tendrá la vida que tenga que tener.

-Sé que vamos a sobrevolar mucho la denuncia social, pero…
-[Al instante] Adelante.
-¿Qué fue de aquel superhéroe?, ¿sigue viendo caer la lluvia desde su ventana a la espera de una llamada de auxilio?
-Según yo lo veo, el superhéroe es un ser vivo que pasa por distintas fases. Nos han enseñado que un superhéroe es alguien que tiene una moral inmóvil, que siempre tiene la misma moral, siempre actúa de la misma manera, pero no es verdad. El superhéroe hay días que le duele la cabeza, hay días en los que se pregunta si merece la pena, hay días en los que está realmente entusiasmado. Pero tiene una cosa que sí es constante siempre, el sentido de la justicia, su compromiso de la lucha contra la injusticia. Lo que ha pasado es que ha dejado de entender la lucha de una manera para entenderla de otra.
Recuerdo que en mi primer disco tengo una frase que dice "si quieres que alguien te escuche, no es suficiente con dar una palmadita en la espalda, tienes que utilizar una maza de hierro". Eso dije en el '98. Ahora creo que es exactamente al revés, creo que si quiero que alguien me escuche tengo que dar una palmadita en el hombro en lugar de darle con una maza. Porque con la maza puedes tumbarle, pero no te van a escuchar y a mí me interesa mucho más que me escuchen que golpear a nadie. La forma de luchar es diferente, lo que subyace en la intención es lo mismo.
-¿Qué opina El Chojín, más de un cuarto de siglo después de sus primeros temas, que hayan llegado a surgir datos en encuestas como las del CIS que colocasen a la migración como principal causa de preocupación de los españoles?
-Me parece que describe muy bien la sociedad en la que vivimos, el que tenga el descaro de decir que la inmigración es un problema para ella cuando estamos hablando de personas que están saliendo de sus casas y jugándose la vida para llegar aquí. Pero el problema no lo tienen ellos, 'el problema lo tengo yo que vienen'. Describe perfectamente cómo el europeo entiende el mundo, esa idea de vasallaje, de 'yo estoy en el centro del universo, todo gira en torno a mí y lo que me conviene está bien y lo que no está mal, con independencia de lo que yo diga dentro de mi burbuja. Porque dentro en mi burbuja hablo de derechos humanos, de que todo el mundo tiene que tener lo mismo, de que tiene que haber unos mínimos, tiene que haber un respeto. Pero eso solo vale para la gente de mi burbuja. Todos los que están fuera existen solamente para servirme'.
Dentro del discurso de la inmigración se dice: 'Pero es que necesitamos inmigrantes'. Entonces, cómo los necesitamos que vengan los que necesitamos, hasta que dejemos de necesitarlos y después que se vayan. Porque no son personas, son inmigrantes. El hecho de que hayan conseguido que haya un grupo de personas que no sean personas, sino que son un adjetivo, nos describe mejor a nosotros de lo que creemos. Y nos describe mal.
-¿Ves un doble rasero?
-España no es una isla, vive dentro de Europa y Europa lleva siglos siendo el centro de todo. Decimos que EEUU es la gran potencia, pero al final los estadounidenses que están ahí son hijos de europeos, igual que pasa con los canadienses o los australianos, al final no dejan de ser europeos que fueron a otro sitio… a seguir haciendo cosas de europeos. Esto es muy impopular y muchas veces hay gente que se enfada conmigo, incluso la gente que me escucha, pero Europa necesita el racismo. No es una elección, lo necesita para sobrevivir. Si no fuera racista, no podría ser rica. Cuando tú hablas de una fábrica en la que trabajan niños haciendo zapatillas en la India, todos los europeos saben que eso ocurre, pero de algún modo lo entienden. Hay una especie de orden natural según el cuál, pues bueno, en la India los niños trabajan. Si eso mismo ocurriera dentro de las fronteras de la Unión Europea eso sería la mayor locura y habría que luchar contra eso. No, no es un niño, es un niño europeo.
Eso, el hecho de entender que podemos convivir con la idea de que en otros lugares del mundo los niños sí pueden trabajar en condiciones de semi esclavitud, pero los míos no, indica que hay una especie de jerarquía humana en el imaginario europeo. Una jerarquía en la cual el europeo está en posición de superioridad, según la cual tiene una serie de ventajas y derechos que el resto aspira a tener. Entonces, si Europa no fuese racista, no sería rica. Francia es el segundo país del mundo con más oro, después de EEUU, pero en Francia no hay una sola mina de oro. El resto se cuenta solo.
-Hay más datos que me gustaría comentar, como que el 53% de chicos de 16 a 24 años están 'muy de acuerdo' con que el feminismo ha llegado 'tan lejos' que creen que se les discrimina a ellos.
-En cuanto a lo que está ocurriendo con la idea del feminismo en los jóvenes es algo que me preocupa, pero que también nos define. El feminismo, en principio, es la lucha no de la mujer, el feminismo es la lucha de las personas que entienden que hay una injusticia en la diferencia de trato en cuestión de género.
-Y aún ahora hay que explicarlo, eh.
-Sí, sí, aún hay que explicarlo. Si tú no eres capaz de entender que esa lucha es justa, si no eres capaz de renunciar a cierta idea de privilegio para que todos y todas tengamos lo mismo, eres parte del problema. Me parece que tiene cierta lógica que el que tiene privilegios tenga resistencia a perderlos. Lo que no entiendo es cómo podemos ser capaces de hacer bandera de algo que es objetivamente injusto. Cuando hay partidos políticos que se ponen delante de una cámara o de un público a dar este tipo de mensajes, están aceptando que moralmente no tienen el nivel que hay que tener para gobernar un país. Porque el país no se gobierna ni para hombres ni para mujeres, se gobierna para personas. Si tú eres capaz de trabajar en contra del feminismo, si empiezas a sembrar ideas de que 'si los chiringuitos', de que 'si las feminazis'… Si empiezas a sembrar esas ideas, lo que estás haciendo es trabajar en contra de la mitad de la población que dices que quieres gobernar. Es un contrasentido, lo que pasa es que siempre va a haber alguien que lo compre.
Tengo la esperanza, es solo una esperanza, de que después de esta ola de ultraderecha que está barriendo Europa, pues la cosa termine bajando. Porque van a terminar tocando poder en todas partes. Una vez pase, cuando nos demos cuenta de que el camino a la justicia social no es que unos tengan más y otros tengan menos, sino que todo lo que hay se reparta entre todos, según las necesidades de cada uno. Cuando nos demos cuenta de eso, digo yo que volverá a bajar otra vez todo este tipo de mensajes porque muchas veces parece que las generaciones tienen que verlo, que no basta con leerlo en un libro de historia.
-Muy interesante lo del libro de historia. Voy a solicitar la ayuda de El Chojín, como experto en lenguaje. Unos prefieren llamarlo plan europeo de Seguridad y Defensa. ¿Tú cómo lo llamarías?
-Mira, hay una frase, no es mía, que dice: "Las balas matan personas, no matan problemas". Tenemos que tener muy claro qué es lo que queremos. ¿La solución es la guerra? Si tú crees que la solución es la guerra dilo abiertamente y deja que el pueblo decida. El pueblo puede equivocarse, no pasa nada y en un momento determinado podemos decir ’sí, vamos a la guerra, ¡todos a la guerra!'. Cuando empiece la guerra probablemente nos demos cuenta de que ese no era el camino y demos marcha atrás, pero el pueblo puede equivocarse. A mí lo que me molesta es que nos traten constantemente como tontos. Lo entiendo, entiendo que las altas clases política no nos quieran contar todo, tengan sus tejemanejes, entiendo que el mundo funciona así. No soy naíf. Pero me molesta, me molesta que no quieran hablar de eso.
Las armas solo sirven para matar y para hacer rico a aquel que las fabrica. Y los que mueren normalmente, somos nosotros, los pobres, los que estamos abajo. Hay una cosa que sí se ha repetido siempre a lo largo de la Historia. El rey, el emperador, el presidente, el general, ése que está arriba y le hacen la plaza, que le ponen su escultura ecuestre, es el tipo que manda morir a los demás por sus intereses. No por los intereses del pueblo. Esto se ha hecho siempre: yo tengo poder y tengo unos intereses, para que mis intereses prosperen, necesito que los que están abajo terminen odiando a otro que es igual que él. Igual de pobre y miserable que él para que se terminen matando entre ellos. Y cuando terminen ya tendré mis intereses a mejor recaudo. Me da pena, pero creo que es un ciclo que se repite constantemente y no se repite solo en Europa, es una cosa mundial.
Siempre hay un líder que se impone, que llega sintiéndose fuerte y haciéndoselo, que habla de la maravilla que es su pueblo con respecto a los demás, de lo mal que lo están haciendo los otros, de lo bárbaros que son, de mira qué religión tienen, mira qué es lo que comen, esta gente no merece lo mismo que merecemos nosotros y, por ende, nosotros tenemos que tener eso que ellos tienen de forma injusta, así que vamos a arrebatárselo. Me da miedo, porque yo vengo de una época que, quizás, sea la mejor de la humanidad, en la que no hemos tenido demasiadas guerras, pero hay otra frase, tampoco es mía, que me parece muy triste y muy acertada, que dice que "no existe la paz, lo que existen son los períodos entreguerras". Da la sensación de que nos dirigimos a eso, hacia más conflictos bélicos.
-Miles de personas con antorchas encendidas desfilando en Italia pueden sugerir ciertos ecos del pasado.
-Eso es.

-En el momento en que estamos haciendo esta entrevista el Ejército de Israel ha anunciado nuevos desplazamientos de la población civil para apoderarse del control de toda la Franja de Gaza. ¿Qué opinas de lo que están haciendo en Gaza y en la Cisjordania ocupada?
-Hay un momento en el que las palabras no llegan para expresar lo que sientes. Lo que estamos viviendo es la mayor vergüenza de mi generación. Es vergonzoso no ya porque sea un genocidio, que eso ya lo es todo, no hay nada peor que eso, sino porque los líderes de los países que dicen defender los derechos humanos no solo se callan sino que les dan apoyo y cobertura. Alemania es el segundo país que más armas está vendiendo a Israel, armas que no son para la defensa, repito. Son para exterminar a un pueblo, a uno que no se puede defender.
En el momento en el que han conseguido que haya una vaga idea de que el árabe es malo, se entiende por parte de algunos que se pueda matar a todos. Eso, simplemente eso, habla tan mal de nosotros... Me da vergüenza que los libros de historia dentro de 5 minutos lean lo que el resto del mundo hizo y digan: 'Pero esta gente, ¿cómo es que no lo vio?'. Es que se está repitiendo una cosa muy similar a lo que ocurrió con lo que llaman la II Guerra Mundial. ¿Cómo dejaron que invadieran Polonia y nadie hizo nada?
-¿Costaría volver a rapear un informativo, no?
-Insisto, estoy muy avergonzado. He tenido la posibilidad de viajar a Palestina, he visto cómo viven allí, no me lo han contado. Yo lo he visto y ya no tenía sentido hace 10 años. Ni lo tenía hace 20. Tengo rimas de "no más piedras contra tanques en Palestina" de hace 25 años. Lleva ocurriendo desde hace muchos años, pero que ahora estemos mirando hacia otro lado, que incluso haya gente que lo aplauda, hace que tenga ganas de bajarme de este autobús. Creo que deberíamos posicionarnos todos como sociedad civil para obligar a nuestros gobernantes a hacer lo posible para que eso acabe, no dentro de una semana o de dos, sino ayer.
-Muy buena la entrevista con la compañera Luz [Sánchez-Mellado] en El País, pero no te preguntó cómo ves de flow a la reina [Letizia].
-[Ríe] Hizo algo muy inteligente y es que no intentó rapear. Lo que hizo fue recitarlo y lo recitó de maravilla, lee muy bien y controla las cámaras de forma maravillosa, como periodista que es. Fue un puntazo, las cosas como son. Y es verdad que ha pasado un año y medio y todavía se sigue hablando del tema, porque, claro, no es una persona anónima. Con independencia de lo republicano que sea yo. El hecho de que, digamos en la sociedad en la que vivimos, donde hay unos reyes, cualquier cosa que hagan ellos tenga una repercusión enorme. Y si de repente ella se pone a recitar un texto mío, pues claro, eso trajo cola. Tengo que decir una cosa, porque también es verdad, el ratito que luego estuve hablando con ella, tengo que decirlo, que me cayó muy bien. Me pareció una mujer muy maja.
-¿Dirías que es muy 'real' [juego de palabras con un término del hip-hop]?
-[Ríe de nuevo]. Súper real.
-Una pregunta indiscreta. Estando solo, ¿nunca te has marcado el Vo-ca-li-za [el tema con el que batió el récord Guinness de mayor cantidad de sílabas rapeadas por minuto en castellano]? Solo por placer, por demostrar que todavía puedo hacerlo.
-Ah sí, sí, sí, estando solo hago muchas cosas. Y nada sale de la nada, aquí tienes que entrenar siempre. Tengo conciertos todos los fines de semana y cuando llego allí tengo que ser capaz de sorprenderles y de gustarles. En casa lo he hecho más rápido que en el récord Guinness.
-¡No es verdad! ¿De verdad se puede hacer más rápido todavía?
-Sí, sí, yo lo he hecho. Es más [sonríe], cuando batí el récord Guinness, tú haces una prueba previamente y lo batí antes de grabar y lo hice haciéndolo más rápido que luego en la grabación.
-Por eso tenías cara de medio disgustado.
-Lo hice y lo batí. Después empezamos a grabar, creo que en la primera me trastabillé y en la segunda ya batí el récord, pero saqué menos sílabas que la primera vez.
-Bah, sigue siendo una locura.
-Es una locura.
-Te juro que es la última. Chojín, nos traes un disco que se llama Balance, algunos se suelen sacar cuando se está cerca de algo. Yo quiero sacar de esta entrevista un compromiso expreso de que esto no es ningún tipo de final de nada.
-No, no lo es. De hecho, me gusta jugar con la idea de balance, porque el balance es lo que haces al final de algo o en un momento determinado, pero también es una especie de equilibrio dinámico, algo que está balanceado. Creo que eso es un poco la historia de mi vida, intentar buscar un equilibrio que nunca alcanzas. Me parecía un gran concepto para traer a esta altura de mi carrera. Pero sí, habrá más. Voy a seguir rapeando hasta que me echen.