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Este fue el primer agente secreto español: fue un espía del siglo XVI al servicio de la Corona

Este fue el primer agente secreto español: fue un espía del siglo XVI al servicio de la Corona

Sentó las bases del espionaje moderno.

Manos de mujer sosteniendo una cámara y tomando fotos escondidas entre los arbustosGetty Images/iStockphoto

En los últimos años del siglo XVI, España creó el primer sistema de inteligencia centralizado de su historia, y al frente de él estuvo Juan Velázquez de Velasco, un veterano militar convertido en espía. 

Fue el primer "agente secreto oficial" al servicio de la Monarquía Hispánica, al ser nombrado en 1598 como “Coordinador de las inteligencias secretas de la Corona”, un cargo pionero que lo convirtió en el primer espía mayor de la Corte. 

Con su red de espías y su visión estratégica, Juan Velázquez de Velasco puede considerarse uno de los primeros en Europa en ejercer el espionaje como sistema estructurado en una época en que la información valía más que un ejército.

Militar y cerebro del espionaje real

Antes de convertirse en el pionero de la inteligencia española, Velázquez había hecho carrera en la milicia. Fue capitán de Infantería en Nápoles y participó en campañas clave como la de La Goleta y la batalla de Lepanto, donde resultó herido. También luchó en la guerra de Portugal y fue capitán general de Guipúzcoa y alcaide de Fuenterrabía, donde se ocupó de vigilar a los hugonotes y desplegar espías en Francia.

En 1598, tras la muerte de Felipe II, Velázquez fue el primero en asumir la centralización de la información secreta. Comenzó a recibir avisos procedentes de Indias, Francia e Inglaterra, lo que demuestra el amplio alcance de su red. 

Su labor junto a los secretarios de Estado y Guerra fue clave para profesionalizar el espionaje, estableciendo sistemas para reclutar, pagar y supervisar a los informantes. Además, fue uno de los primeros en implementar una estructura formal para el análisis de inteligencia, redactando informes dirigidos al Rey y a los Consejos de Estado y Guerra.

Una red de agentes en toda Europa

Velázquez construyó una red internacional de espías con agentes en Londres, Lyon o Bruselas, muchos de ellos diplomáticos, clérigos, marinos o soldados. Estos informaban a cambio de dinero y actuaban en condiciones extremas. Contrastaba sus datos con otras fuentes, y vigilaba tanto a enemigos exteriores como a espías extranjeros infiltrados dentro del propio Imperio.

También llevó a cabo operaciones de contraespionaje, dificultadas por la facilidad con la que los extranjeros se infiltraban en las casas de los ministros. Velázquez incluso pidió a Felipe III poder gestionar directamente los fondos del espionaje, dado que los retrasos en los pagos comprometían muchas misiones.

Aunque su cargo como superintendente general de inteligencias secretas no sobrevivió más allá de 1640, el sistema que Velázquez creó sirvió de modelo durante décadas. Felipe III elogió su "gran clarividencia", y su hijo Andrés heredó el cargo, perpetuando una tradición de espionaje que nacería con él.