La existencia de la OTAN, una organización nacida del realismo proporcionado por la Segunda Guerra Mundial, ha desincentivado evidentemente las precauciones europeas ante una amenaza potencial que además pareció disiparse en 1989.
Aunque la extrema derecha esté relativamente lejos de adquirir poder en el gobierno alemán, si se confirman estos presagios AfD habrá duplicado los apoyos obtenidos en 2021. Y este salto cualitativo muy relevante tendrá eco en toda la Unión Europea.
De momento, Europa está resistiendo esta impetuosa presión, que ya domina en Italia y en Hungría y que ha alcanzado considerable presencia en otros muchos parlamentos.
Por primera vez desde el final de la II Guerra Mundial, un partido político alemán se ha apoyado en la extrema derecha para sacar adelante una votación en el Bundestag.
Súbitamente, sin que los todopoderosos servicios de espionaje norteamericanos se hubieran percatado a tiempo, han lanzado al mercado un modelo propio de inteligencia artificial generativa, justo cuando Trump ha ocupado la Casa Blanca cual elefante en la proverbial cacharrería.