La votación de la oficialidad del catalán, euskera y gallego en la UE se retrasa ante la ausencia de consenso
Después de las negociaciones en el último momento en las que el Ejecutivo español ha intentado convencer al resto de países europeos de la oficialidad, estas no han dado sus frutos.

Todo apuntaba a que la situación de la oficialidad del catalán, euskera y gallego en las instituciones de la Unión Europea iba a ser un hueso más duro de roer de lo que se podría esperar. La propuesta llevada al Consejo de Asuntos Generales de la UE el pasado 19 de septiembre de 2023 -gracias a un acuerdo entre el Gobierno y Junts- y que tenía prevista su votación en la mañana de este martes, finalmente no ha conseguido el consenso necesario para la aprobación. La ministra de Educación y portavoz del Gobierno, Pilar Alegría, admitía en la rueda de prensa después del Consejo de Ministros que, ante la petición de varios países de tener más tiempo para consensuar esta medida, han decidido aceptarla, con lo que se ha suspendio -al menos por hoy- la votación.
La atmósfera de la institución europea estaba teñida de incertidumbre desde primeras horas de la mañana cuando el ministro de Asuntos Europeos de Finlandia, Joakim Strand, ha pedido que se tomara la decisión con calma. "Esperamos que no tengamos que votar hoy, porque todavía hay dudas", anunciaba mientras se producían negociaciones en las que ha intervenido el propio presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.
Con el paso de las horas, otros países -como Croacia, Suecia o Austria- se han sumado a la línea finlandesa. “Queremos saber más sobre las implicaciones legales y también las financieras de la oficialidad”, ha dicho la secretaria de Estado para Europa de Croacia, Andreja Metelko-Zgombić. Durante el debate, este ha sido el discurso compartido entre la gran mayoría de países que han solicitado a España aplazar la votación. Ante esa la situación y la obligatoriedad de unanimidad para que la propuesta saliera adelante, la decisión del órgano europeo ha sido la de retrasar la votación para tener más tiempo para negociar, consensuar y convencer acerca de la oficialidad de las lenguas cooficiales españolas. Si se hubiera aprobado, la UE pasaría de tener 24 a 27 lenguas oficiales.
A lo largo del día y con el paso de las negociaciones de última hora, el Ejecutivo español se ha mostrado precavido ante lo que pudiera suceder en el interior del Consejo General de la UE. “No haré ninguna especulación hasta que no acabe la reunión”, aseguraba desde Tokio el president de la Generalitat, Salvador Illa. Desde el Ejecutivo han achacado también "el boicot" que ha llevado a cabo la derecha española ante la oficialidad de las lenguas ya que "han puesto piedras para que este hito no se produzca". "Es curioso porque antes el señor Feijóo era el primero en defender el gallego -promocionándolo en las escuelas, cultura, educación...-, pero desde que llegó a Madrid hace lo imposible por no darle el reconocimiento que se merece", reconocía Pilar Alegría en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros.
Pese al aplazamiento de la votación, el Gobierno se muestra optimista y con clara intencionalidad de convencer a sus socios europeos después de haber sido ampliado el plazo para que la propuesta salga adelante. "Queremos que las lenguas cooficiales que se usan habitualmente y de forma totalmente normal en las diferentes instituciones del Estado, también aquí en el Congreso de los Diputados donde desde hace un tiempo cualquiera puede hablar en la lengua que considere, también se lleve a los órganos europeos", aseguraba Alegría que enfatizaba en que era algo que se logrará "tarde o temprano".
Ahora, comienza 'una prórroga' en la que el Gobierno español intentará convencer a los 27 países necesarios para conseguir la unanimidad después de casi dos años desde que el PSOE llegó al acuerdo con Junts. Un acuerdo que era fundamental para conseguir la investidura de Sánchez que se retrasa una vez más ante la falta de convencimiento que se percibe en suelo europeo.