Cuando España se enfrenta a una catástrofe natural, un gran incendio o cualquier emergencia de gran magnitud, el país cuenta con un protocolo de actuación militar que permite la movilización de diferentes unidades especializadas. La principal fuerza de respuesta ante estos escenarios es la Unidad Militar de Emergencias (UME), creada en 2005 precisamente para intervenir en desastres naturales y crisis humanitarias.

Sin embargo, su activación no es automática. Según el Real Decreto 1097/2011, que regula el protocolo de intervención de la UME, su despliegue a nivel nacional depende de la declaración de un estado de emergencia de interés nacional por parte del Gobierno, y su actuación queda bajo la supervisión del Ministerio del Interior. Si el incidente no es considerado de interés nacional, las comunidades autónomas son las encargadas de gestionar la emergencia, pudiendo solicitar su intervención.

La primera línea de defensa ante emergencias

La Unidad Militar de Emergencias (UME) es la más conocida de las fuerzas militares especializadas en emergencias dentro del territorio español. Se trata de una unidad no armada, compuesta por personal de las Fuerzas Armadas (FAS), pero con una misión centrada exclusivamente en la protección civil. 

Entre sus capacidades destaca la extinción de incendios forestales, con brigadas terrestres y medios aéreos. También se encargan del rescate y salvamento en catástrofes naturales, como terremotos o inundaciones. Asimismo, aportan apoyo logístico y restablecimiento de infraestructuras esenciales tras un desastre. Además, intervienen en emergencias químicas, biológicas, radiológicas y nucleares (QBRN).

A pesar de estar compuesta por personal de las FAS, la UME no es una unidad de las Fuerzas Armadas y por tanto no depende del Jefe del Estado Mayor de la Defensa (JEMAD) salvo cuando se integra en misiones militares conjuntas, como las de Seguridad Nacional. 

El protocolo de actuación en emergencias

Cuando ocurre una emergencia en España, su gestión sigue un procedimiento escalado.

Si la crisis no es de interés nacional, la responsabilidad de la protección civil recae en la comunidad autónoma afectada. Si esta considera necesaria la intervención de la UME, puede solicitarla al ministro del Interior a través del delegado del Gobierno. A su vez, el ministro del Interior trasladará la petición al de Defensa, quien, en nombre del Presidente del Gobierno, autorizará su despliegue. Una vez activada, la unidad de la UME se integrará, por lo general, en el centro de coordinación operativa de emergencias de la comunidad autónoma.

Cuando una crisis alcanza la categoría de interés nacional, la respuesta se centraliza en el Gobierno, con la UME como principal fuerza de acción, asegurando una intervención rápida, coordinada y con los recursos necesarios para gestionar la emergencia. Además, si la emergencia supera las capacidades de la UME, se pueden activar otras unidades de las Fuerzas Armadas para reforzar la operación con maquinaria pesada, puentes desmontables, grúas, medios de transporte y medios aéreos contra incendios.