La situación económica en Alemania ha llevado a que muchas empresas históricas y tradicionales cierren sus puertas. Muestra de ello es una empresa familiar de Bietigheim-Bissingen, la cual ha anunciado su fin hace casi dos semanas: Karl Wildermuth Bauuntern ehmen GmbH u. Co. KG, que llevaba cerca de 120 años en actividad.

La decisión de la compañía, que destaca en su página web valores como la tradición, la equidad o la responsabilidad, ha llamado la atención de los casi 100 empleados despedidos sin indemnización. "A pesar de la diversificación, toda el área de negocio se ha visto tan afectada que no ha sido posible preservar los puestos de trabajo", señala la dirección, consultada por el Stuttgarter Zeitung. 

Según ha detallado la empresa en un comunicado, la decisión no tuvo nada que ver con el rendimiento del equipo, sino que "más bien, fue forzada por circunstancias externas sobre las que ninguno de nosotros tuvo ninguna influencia". En concreto, las tres consejeras delegadas de la compañía— Ingrid, Sandra y Anke Wildermuth— han hecho referencia a la mala situación económica de la compañía, así como a la reducción de pedidos. 

El sindicato de la empresa ha criticado el despido generalizado de los trabajadores, mientras que el director regional de la compañía, Andreas Harnack, ha explicado que no ha hallado indicios de que hubiese dificultades y que este enfoque le resulta incomprensible. "Siempre hay formas de conseguir puestos de trabajo", explicó el hombre, que criticó también que los trabajadores no fueran indemnizados.