Una mujer recibe una multa de 60 euros, todo se pone patas arriba cuando se queja e irrumpe la Justicia
La empresa debe devolverle su dinero.

El pasado mes de febrero, Liisa aparcó su coche en el que parecía un lugar libre, gratuito y disponible en un espacio deportivo del que era socia. Sin embargo, tras realizar sus ejercicios se encontró una multa de estacionamiento en su limpiaparabrisas. Al pagar la sanción, inició una protesta.
Según publica el medio finés Ilta Sanomat, aparcó su coche en un lugar que "no estaba reservado para el uso del personal y no había ningún cartel de prohibido". Sin embargo, el encargado del aparcamiento registró lo siguiente en la sanción: "el consumidor no tenía el permiso de estacionamiento para el área de empleados".
En declaraciones recogidas por el digital, Liisa explica que el lugar donde estaba su automóvil no estaba reservado para la empresa. Por ello, fotografió los espacios de estacionamiento, y comprobó que el lugar en el que aparcó no estaba marcado. En este momento, remitió su caso a la Junta de Litigios del Consumidor en Finlandia.
Finalmente, la Junta consideró que los términos y condiciones de la zona no habían sido comunicados adecuadamente. "Si una cláusula contractual no es clara, debe interpretarse en detrimento de su autor". Las fotografías tomadas por Liisa fueron clave cuando se tomó la decisión final.
De acuerdo a la información difundida, las plazas de estacionamiento individuales estaban marcadas con un espacio que informaba que estaba reservado para el personal y "al menos" una de ellas no tenía la marca correspondiente. Finalmente, la Junta consideró que no estaba claro si la plaza en cuestión estaba destinada al personal o no. Por ello, recomendó a la empresa que devolviera los 60 euros a la afectada.
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