Cada año, durante la festividad de Pentecostés, el Panteón de Roma se convierte en el escenario de un momento mágico: los bomberos lanzan miles de pétalos de rosa desde el gran óculo del templo, creando una lluvia floral que emociona a fieles y visitantes. Esta tradición, que celebra la llegada del Espíritu Santo, llena de color y simbolismo uno de los monumentos más impresionantes de la capital italiana.