En el hipotético caso de que estallara un conflicto armado, Finlandia prodía responder desenterrando un imponente arsenal de 200.000 fusiles de asalto almacenados desde principios de los años 90. Se trata de 100.000 armas de fabricación china y otras 100.000 procedentes de la extinta Alemania Oriental. Tal y como informa Iltalehti, las Fuerzas de Defensa han confirmado que estos fusiles siguen en reserva y preparados para ser utilizados "si ocurre lo peor".

Las armas fueron adquiridas tras el colapso del bloque soviético, en un momento en que Europa reducía sus ejérctitos, pero Finlandia, inmersa en una severa recesión, optó por reforzar su capacidad defensiva. La compra se justificó por su bajo coste, pese a que generó críticas por parte de quienes preferían comprar fusiles nacionales del fabricante Sako, significativamente más caros.

En 2012, se consideró destruir 100.000 fusiles, pero el proyecto fue descartado. El entonces ministro de Defensa, Stefan Wallin, aseguró que las armas se conservarían cmo parte del inventario de tiempos de guerra. Desde entonces, han permanecido almacenadas, y su mantenimiento, especialmente el de los fusiles chinos, ha sido objeto de esporádicas discusiones. Según un informe de Helsingin Sanomat, estas armas fueron recubiertas con vaselina y requerían un largo proceso de limpieza y engrase.

Las Fuerzas de Defensa han señalado que los fusiles apenas de usan en entrenamientos en tiempos de paz. Solo algunos modelos de Alemania Oriental se emplean en roles limitados, como armamento de tripulaciones de tanques. Sin embargo, su función principal es estar disponibles en caso de guerra, respaldando una fuerza militar que se pretende aumentar a un millón de reservistas.

El futuro del armamento individual en Finlandia apunta al rifle Sako M23, una nueva arma compatible con los estándares de la OTAN. Derivado de diseños estadounidenses, este fusil será probado en campo antes de tomar decisiones sobre su adquisición masiva. Aun así, las Fuerzas de Defensa no han revelado cuándo finalizarán estas pruebas.

El arsenal acumulado por Finlandia en los años 90 también incluye 300 millones de cartuchos de origen alemán oriental. Aunque conocidos por contener mercurio, estudios oficiales concluyeron que los niveles de exposición durante el uso son seguros. Sin embargo, su uso en tiempos de paz está restringido por precaución.

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