Una nueva filtración desvela el gran problema del Kremlin
“A Moscú no le salen las cuentas… ni el petróleo”, apuntó una fuente cercana a los productores

El Kremlin vuelve a estar en el foco, si alguna vez se ha ido de él, pero esta vez no por un bombardeo ni por una ofensiva en la guerra en Ucrania ni por una decisión política, sino por una filtración que ha dejado al descubierto uno de los puntos débiles de Moscú: la producción de petróleo. Según la web polaca WNP, que cita datos de Bloomberg, Rusia ya no consigue extraer el volumen de crudo que le permite el acuerdo de la OPEP+. En abril, se produjeron una media de 8.975 millones de barriles diarios, una cifra idéntica a la registrada en marzo. Ese volumen de producción queda por debajo del límite fijado para abril, que ya se había reducido como penalización por el exceso de meses anteriores.
Aunque el Kremlin oculta desde hace meses los datos oficiales, varios analistas han sido capaces de reconstruir la situación actual de las reservas rusas de petróleo, a partir de los envíos por vía marítima y el funcionamiento de sus refinerías. "La diferencia es pequeña, pero políticamente incómoda", explica al medio polaco una fuente del sector.
A esto se suma otro problema: el desplome del precio del crudo. A finales de abril, el Gobierno ruso aprobó una reforma presupuestaria para 2025. La previsión anterior, elaborada en otoño de 2024, calculaba un precio medio de exportación de 69,7 dólares por barril. La nueva estimación lo rebaja a 56 dólares, lo que supone un agujero de más de 2,6 billones de rublos en los ingresos del Estado, según detalló el Centro de Estudios de Europa Oriental (OSW, por sus siglas en polaco).
Ese ajuste elevará el déficit previsto hasta los 3,8 billones de rublos. Para cubrirlo, el Ejecutivo de Putin recurrirá al Fondo Nacional de Bienestar, un colchón soberano que a 1 de abril contaba con reservas líquidas de 3,3 billones de rublos, unos 39.000 millones de dólares. “El ritmo al que están tirando del fondo es insostenible si la situación se alarga”, advierten los analistas. Moscú, que lleva años sosteniéndose en el sector energético, se enfrenta ahora a un mercado que no responde y a aliados que no compensan el golpe.