Sexo, mentiras y mensajes de WhatsApp
Opinión

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Sexo, mentiras y mensajes de WhatsApp

Las revelaciones de esta semana demuestran que contamos con el Real Cuerpo de Cloaqueros más impresentables de las últimas décadas.

De izquierda a derecha, Víctor de Aldama, Leire Díez y Javier Pérez Dolset.EFE/ Chema Moya

I. Necesitamos una Ley Orgánica de Regulación del Contenido de los Mensajes Intercambiados en WhatsApp y Otras Aplicaciones de Mensajería Instantánea. Sólo así sabremos cómo proceder ante las filtraciones a las que estamos asistiendo. ¿Deben ser tratados los mensajes de WhatsApp como publicaciones oficiales de las que se responsabilizan los autores ante la sociedad española?

La portavoz gubernamental Pilar Alegría se refirió a los famosos WhatsApps de Juan Vicente Bonilla sobre la bomba lapa como “declaraciones absolutamente peligrosas”. Al margen de quién fuera el supuesto receptor del artefacto, ¿pueden ser considerados “declaraciones” los WhatsApps que me intercambio con mis amigos? Exijo una ley que resuelva esta indefensión jurídica en la que nos hallamos —y, de paso, tipifique como delito el envío de stickers—.

II. Los que hacéis “robados” con fotos de cloaqueros reuniéndose con empresarios, policías y personal jurídico, ¿no podríais iluminar un poco mejor la escena? Las imágenes salen siempre con mucho grano y píxeles del tamaño de garbanzos. Coño, si ya sabéis que se va a reunir ahí… eh… pongamos… Aldama con Delcy Rodríguez, poned unas pantallas de iluminación, unos buenos focos, un algo, para que las fotos puedan pasar a la Historia de España como debe ser.

Y no tengáis miedo, que Leire Díez no va a darse cuenta de que va a ser fotografiada. Las revelaciones de esta semana demuestran que contamos con el Real Cuerpo de Cloaqueros más impresentables de las últimas décadas. Torrente habría procedido con mayor sutileza y elegancia. Mortadelo y Filemón hubieran pasado desapercibidos para el radar de los medios de comunicación. Poned veinte focos, treinta cámaras, ella continuará haciendo periodismo de investigación.

III. Es necesario incluir un consentimiento explícito por voz cada vez que se vaya a grabar una conversación delictiva. Si cada vez que hablo con mi banco, cada una de las cien llamadas necesarias para darme en baja en mi compañía de telefonía móvil, cada vez que mi aseguradora muestra sus develos por mi seguridad debo escuchar un aviso de que la conversación va a ser grabada, ¿por qué no cada vez que vaya a hablar sobre el dinero con el que voy a sobornar a la Fiscalía?

“Hola, Javier, mira, antes de empezar, estoy obligada a avisarte de que esta conversación va a ser grabada por tu conveniencia. Podrás informarte de la gestión de tus datos personales en www.lascloacasdelestado.com”. Y todo solucionado. Se acabaron las indemnizaciones, las apelaciones a la ilegalidad de las grabaciones, la mala calidad del sonido. Sobornemos, pero respetando la protección de datos. Coaccionemos, pero en el marco de la ley. Defraudemos, pero con consentimiento informado.

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MOSTRAR BIOGRAFíA

Licenciado en Filosofía y doctor en Psicología. Es profesor titular de Psicología Clínica de la Universidad de Oviedo desde antes de que nacieran sus alumnos actuales, lo que le causa mucho desasosiego. Durante las últimas décadas ha publicado varias docenas de artículos científicos en revistas nacionales e internacionales sobre psicología, siendo sus temas más trabajados la conformación del yo en la ciudad actual y la dinámica de las emociones desde una perspectiva contextualista. Bajo la firma de Antonio Rico, ha publicado varios miles de columnas de crítica sobre televisión, cine, música y cosas así en los periódicos del grupo Prensa Ibérica, en publicaciones de 'El Terrat' y en la revista 'Mongolia'.

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