Mamen Mendizábal deja tres minutos que son de "oro": "Esa tonelada de mierda existe"
"Sí que creo que este es un momento de estar, de no abandonar", ha destacado.

La periodista y presentadora de televisión Mamen Mendizábal ha sido una de las invitadas -junto a Albert Pla, Manuel Jabois y Ángeles Caballero- al programa de la Cadena SER La cena de los idiotés, donde ha hablado sobre el dilema que siente ante lo inservible que puede llegar a ser a veces la comunicación.
Mendizábal ha señalado que "hay un caracter de los insevible, de hablar, ¿para qué? Si no vale de nada, muchas veces tienes esa sensación. Si nada cambia. Si de este ya he hablado cíclicamente hace diez años cuando ocurrió, o no sirve de nada porque esto de lo que tengo que hablar es una agenda que no es la mía, que es alguien que ha puesto sobre la mesa este tema como prioritario para que otros no lo sean." "Ese para mí es un dilema dentro del dilema", ha aseverado.
La periodista, a continuación, ha hecho referencia a otro dilema en relación a la repercusión que tiene hablar sobre un tema con el que no estás de acuerdo y las críticas que surgen. "Esa oleada de mierda que te llega muchas veces cuando abres la boca de todo aquel que no está de acuerdo contigo. El que simplemente lo que busca es querer machacarte, básicamente a través de las redes sociales y siendo mujer, efectivamente llamarte puta, porque esta es la base de la crítica a las mujeres".
"Pero también creo que callar deja un espacio enorme para los que hablan todo el rato", ha remarcado. "Hay gente que nunca renuncia a hablar, que siempre quiere tener el espacio ideológico controlado, y llenarlo, y llenarlo, para la intoxicación, para que las ideas se solidifiquen, para lo que sea", ha explicado la periodista, a lo que ha añadido que "callar nos lleva a dejar espacios vacíos, y creo que también es un ejercicio de responsabilidad: estar".
Tras esto, el presentador del formato, Aimar Bretos, le ha preguntado si a ella la han machacado mucho por hablar. "Bueno, cuando haces un programa diario donde está la política y lo social, te machacan cada día", ha respondido. Pero reconoce que podría decir que le habría afectado si se lo hubiese creído, "si al salir del programa hay 40 personas insultándote en la puerta de la televisión. ¿Cambiarías de opinión? No", ha agregado.
"Claro que te erosiona y te hace daño. Te hace pensar luego si quieres volver a dar tu opinión, porque la repercusión es grande y esa tonelada de mierda de la que hablamos existe, está y además tiene canales de movilización muy profesionalizados. Las estructuras de poder tienen herramientas para que en cuanto te metes con ellas llegue una oleada de críticas hacia ti y desestabilizar la crítica", ha señalado.
Sin embargo, a continuación ha apuntado que, por otro lado, cree que "tenemos que estar, y cada uno con las fuerzas que le permitan". "Ni todos los días son buenos, ni todos los días te encuentras entera, ni todos los días tienes fuerza", ha dicho, pero ha resaltado que en un trabajo como el suyo, en el que tiene que dar la cara públicamente, "la crítica es intrínseca al ejercicio del periodismo". "Pero sí que creo que este es un momento de estar, de no abandonar", ha concluido.
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