Cuando llega la jubilación, hay quien teme no saber qué hacer con tanto tiempo libre. Pero también los hay que lo tienen claro o que, poco a poco, van descubriendo hobbies nuevos y se dedican de pleno a ellos, ahora que ningún tipo de compromiso se lo impide. 

Algo así le ha sucedido a Hélio da Silva. Este hombre hace dos décadas que se jubiló y dejó de ser un ejecutivo del sector azucarero. En este tiempo, tal y como ha relatado Infobae, le ha dado tiempo a crear un refugio verde en Tiquatira (São Paulo, Brasil). 

Todo empezó por su amor a la naturaleza. Tras comprobar el deterioro que sufría la zona, allá por 2003, se decidió a transformarla. Su intención era convertirlo en un vertedero abierto. Para ello, empezó llevando hasta allí una semilla de jequitibá. Se trata de un tipo de árbol gigante procedente de la Mata Atlántica. 

"Fue el primero de muchos", apuntó Da Silva en unas declaraciones que ha recogido Infobae. Tuvo que hacer frente al vandalismo  y, a pesar de que su esposa trató de quitarle la idea de la cabeza, él insistió. No fue hasta el tercer intento que los árboles, al fin, empezaron a crecer. 

Ya, hacia 2008 pidió ayuda política y el secretario de Medio Ambiente de São Paulo de entonces reconoció su proyecto como parque. Poco a poco fue creciendo y, a día de hoy recibe el nombre oficial de Parque Lineal de Tiquatira. Y, según Infobae, llegó a plantar 41.000 árboles y es el parque lineal más grande de la ciudad con un total de 192.000 metros cuadrados.

"Hemos demostrado que esta transformación es posible y está al alcance de nuestras manos. Es una lección a nivel global", considera Hélio. Y concluye: "Los parques y los bosques curan las ciudades".