Hace ya más de 50 años que el sector aéreo aprendió, con accidentes y lágrimas, que la embriaguez aparatológica era insuficiente para controlar un riesgo tan complejo como es el error humano. En nuestra industria ferroviaria siguen pensando que con más balizas y detectores se soluciona todo.
Es posible que sea necesario asumir recortes en infraestructuras, pero es probable que eliminar líneas de ferrocarril no sea lo más acertado. Con planes sobre la mesa de Fomento de construir nuevas, costosas e innecesarias infraestructuras, se antoja más interesante mantener el tren convencional.