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Lo que se sabe del mayor veto migratorio de Trump: países afectados, excepciones y reacciones internacionales

Lo que se sabe del mayor veto migratorio de Trump: países afectados, excepciones y reacciones internacionales

La prohibición continúa la estela de un esfuerzo iniciado durante el primer mandato del republicano, que provocó no solo el caos en los aeropuertos y universidades, sino también una intensa batalla judicial.

El presidente de EEUU, Donald Trump, durante una "Velada de Verano" celebrada en el Jardín Sur de la Casa Blanca en Washington, el 4 de junio de 2025.Leah Millis / Reuters

Donald Trump continúa su ofensiva contra la inmigración, aunque esta vez sus restricciones han escalado un nivel más después de que este miércoles anunciase su mayor veto migratorio contra los ciudadanos de hasta doce países— además de limitar la entrada al país de otros siete— a los que acusa de provocar "peligros extremos" dentro del territorio estadounidense, principalmente de África y Medio Oriente. Según el mandatario de EEUU, quien justifica la medida a través de un video en las redes sociales, los extranjeros, a los que relaciona con atentados como el del pasado domingo en Boulder, Colorado, acceden al país sin la "adecuada revisión". Algo que resulta "peligroso" para la seguridad de la nación.

Esta medida, que entra en vigor el lunes 9 de junio, se suma a las ya tomadas por la administración Trump desde que asumió su cargo en enero. Una de ellas es la prohibición del ingreso de estudiantes internacionales a la Universidad de Harvard o el bloqueo a los solicitantes de asilo en la frontera sur. Los países principalmente afectados son Afganistán, Birmania, Chad, República del Congo, Guinea Ecuatorial, Eritrea, Haití, Irán, Libia, Somalia, Sudán y Yemen, quienes no podrán acceder bajo ninguna categoría de visado. Además, se ampliarán las restricciones para los visitantes de Cuba, Laos, Burundi, Sierra Leona, Togo, Venezuela y Turkmenistán, los cuales podrán acceder únicamente en función del tipo de visado y los antecedentes del solicitante.

En el caso de Cuba y Venezuela, las restricciones no serán totales, aunque sí que recogen un veto amplio a la entrada de nuevos solicitantes de visado: no podrán entrar en el país los ciudadanos que soliciten visados para residencia permanente ni tampoco aquellos que exijan visados de no inmigrante de las categorías B-1, B-2, F, M o J. Además, los consulados de ambos países deberán reducir la validez de cualquier otro visado de no inmigrante emitido a sus ciudadanos, siempre que la ley lo permita. Ambas listas [que recogen los países con prohibiciones totales y parciales] no son definitivas, pues según ha anunciado el presidente en Truth Social, podrían modificarse "si se producen mejoras sustanciales", así como podrían ampliarse "a medida que surjan amenazas en todo el mundo". 

"No podemos permitir la migración abierta desde ningún país en el que no podamos examinar y selecciona de forma segura y fiable a quienes desean entrar en Estados Unidos"
Donald Trump

"No podemos permitir la migración abierta desde ningún país en el que no podamos examinar y selecciona de forma segura y fiable a quienes desean entrar en Estados Unidos (...) Y nada nos impedirá mantener la seguridad de Estados Unidos", ha señalado el mandatario republicano, que, aunque pone como argumento el atentado de Colorado, realizado por un egipcio, no incluye a Egipto en la lista de países con prohibición de viajes. Además, cabe destacar que la gran parte de países afectados eran aquellos que se encuentran en regímenes represivos y de los cuales sus ciudadanos escapan (o eso intentan) con el objetivo de tener una mejor vida o meramente por sobrevivir. De hecho, algunas de estas naciones se encuentran gobernadas por grupos que tomaron el control de la zona después de años de intervención norteamericana en sus asuntos, como es el caso de Chad.

Afortunadamente, existen algunas personas que quedan excluidas de la normativa restrictiva. Por ejemplo, aquellas que cuenten ya con visas de EEUU no están incluidos. Tampoco lo están los afganos elegibles para el programa de Visas Especiales para Inmigrantes, que incluye a aquellas personas que colaboraron con el gobierno de los Estados Unidos durante la guerra en Afganistán. Junto con ellos, los titulares de tarjetas verdes, los ciudadanos con doble nacionalidad y los atletas o entrenadores deportivos que viajen para un evento deportivo importante dentro de EEUU —como los Juegos Olímpicos o la Copa del Mundo—, tampoco se encuentran afectados. 

  Muro fronterizo EEUU.Getty Images

Una continuación de su primer mandato

No es la primera vez que el republicano lanza esta ofensiva contra los migrantes, pues ya en su primer mandato, en 2017, lanzó una política similar, prohibiendo la entrada de viajeros de siete países (la mayoría musulmanes), entre ellos Irak, Irán, Libia, Sudán, Yemen o Somalia. De hecho, cinco de los países que ya se vieron limitados por aquel entonces, vuelven a estar en la lista de 2025. Aquella iniciativa, anunciada mediante una orden ejecutiva, comenzó a estar en vigor desde el momento en que se trasmitió, generando un gran caos entre cientos de pasajeros que se encontraban en los aeropuertos y entre las universidades y empresas tecnológicas de Estados Unidos.

El caso llegó a los juzgados y varios jueces federales emitieron de forma rápida bloqueos a la orden, logrando una orden judicial nacional que no permitía la aplicación de la ley. Sin embargo, tras una intensa batalla legal y después de que la Casa Blanca presentase una versión más reducida del veto— restringida a aquellos que ciudadanos que no contasen con familiares cercanos en EEUU ni tuviesen estatus de refugiado aprobado— la Corte Suprema permitió la política. Finalmente, tras la finalización del primer gobierno del republicano y con la llegada del demócrata Joe Biden, la prohibición llegó a su fin. 

La diferencia entre aquella ocasión y la normativa actual es que, además de que esta última afecta a más países que la anterior, esta vez es más probable que la normativa resista al escrutinio legal, según recoge el New York Times, no solo por el tiempo trascurrido hasta el anuncio, sino también por la gran cantidad de países que se encuentran incluidos en ella. "La primera prohibición musulmana fue muy selectiva, brutal, inmediata y masiva", afirma Nihad Awad, director ejecutivo del Consejo de Relaciones Estadounidenses- Islámicas. "Ahora, la administración no solo ataca a naciones con ciertas afiliaciones religiosas, sino también a las personas de color en general, a quienes critican al gobierno estadounidense por financiar el genocidio en Gaza", añade el hombre a The Guardian.

Algunas reacciones internacionales 

Contradicciones como la de que haya países como Siria o Egipto que no estén incluidos— a pesar de que los funcionarios de seguridad nacional los han tenido en la mira durante mucho tiempo—, o que los territorios donde hay un mayor número de personas que superan el plazo de su visa también fuesen excluidos de la lista, han generado algunas críticas. De hecho, mientras que lugares como España, que tuvo más de 20.000 visitantes en EEUU que excedieron sus visados, no están dentro de la normativa, países como Chad, donde solo 400 personas permanecieron más tiempo del permitido—según datos gubernamentales— están incluidos en ella.

"No existe un conjunto uniforme de criterios que lleven a estos 19 países", señala al New York Times Doug Rand, exfuncionario de inmigración durante el mandato de Biden, quien cree que "hay un motón de países que parecen tener motivaciones políticas y un montón de países al azar con una hoja de parra de datos para respaldar su conclusión".  Por el contrario, voces como Chad Wold, exsecretario interino de Seguridad Nacional durante el primer gobierno del republicano, creen la idea está bien fundamentada. "¿Puedo evitar que algunos países muy peligrosos sean musulmanes y estén ubicados en África y otros lugares?", se cuestionaba. "No. No me corresponde decidirlo. Esa es la realidad. Así es el mundo en el que vivimos. Entiendo por qué la gente diría: 'Oh, es una segunda guerra musulmana o es solo política'. La realidad y los hechos sobre el terreno cuentan una historia muy diferente", añadía entonces. 

A pesar de las discrepancias, lo que no cabe duda es que la prohibición se trata de una medida profundamente segregacionista y de un nuevo ataque contra los migrantes, especialmente musulmanes. "Esta nueva proclamación es otro paso en el intento de recuperar una América blanca y cristiana, y capitalizarla, avivando el fuego de la amenaza racial y extranjera", critica P. Deep Gulasekaram, profesor migratorio en la facultad de derecho de la Universidad de Colorado. Además, tal y como cuestiona el director de estudios de inmigración en el Instituto Cato, "si la prohibición hubiera estado previniendo ataques, entonces ¿por qué esos ataques no ocurrieron cuando se levantó la prohibición?". 

La posición de los países afectados tampoco ha tardado en llegar. Uno de ellos ha sido el ministro del Interior de Venezuela, Diosdado Cabello, quien calificó de "fascista" al gobierno estadounidense y destaca que "estar en Estados Unidos es un gran riesgo para cualquiera, no solo para los venezolanos". También la Unión Africana publicó un comunicado donde expresaba su malestar, señalando el "potencial impacto negativo" que podría tener la medida en las relaciones interpersonales, el comercio, la educación y las "relaciones diplomáticas que se han cultivado cuidadosamente durante décadas". En cuba, el ministro Bruno Rodríguez Parrilla, criticó que la prohibición tiene "connotaciones racistas" y que "perjudica los intercambios personales, profesionales, académicos y culturales entre ambos países".  Finalmente, organizaciones como Amnistía Internacional también han juzgado la medida, que han calificado de "discriminatoria, racista y absolutamente cruel". 

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Andrea Cadenas de Llano Sosa (Córdoba, Andalucía, 2000) es periodista licenciada por la Universidad Rey Juan Carlos (URJC). Escribe sobre actualidad. Puedes contactar con ella en acadenas@huffpost.es