El dueño del restaurante Le Saint-Bock, situado en Montreal (Canadá), se ha convertido en noticia en diversos medios de comunicación de ese país por la decisión que ha tomado después de que un grupo de personas que habían reservado mesa para 40 llamasen 10 minutos antes para anunciar que no acudirían.

"Es muy doloroso", ha asegurado Martin Guimond, dueño del restaurante, en entrevistas a diversos medios canadienses en las que ha destacado que tuvo que comprar comida, llenar los refrigeradores, contratar personal adicional y rechazar otras reservas. 

Según explica, únicamente le dijeron "lo siento" y el motivo para cancelar fue un simple "ya no queremos ir".

"Con toda la cortesía del mundo, llamé a la persona y le dije: 'Ten cuidado, algo así no se hace. Tiene costos asociados. Por favor, la próxima vez, ten cuidado", dijo Guimond.

A partir del 17 de julio, a los clientes de restaurantes de toda la zona que reserven una mesa sin presentarse se les cobrará 10 dólares por persona. "Al principio no estaba seguro de si quería ponerlo en práctica, pero después de esto lo haré", ha garantizado el hostelero.

"Para una persona, 10 dólares no es mucho, pero quien va a usar su tarjeta de crédito y van a ser 400 dólares podría pensarlo", ha añadido.